El término jugador franquicia designa en el deporte profesional, principalmente el norteamericano, a un jugador que es el emblema de su equipo (franquicia).[1]
Los jugadores franquicia tienen por lo general las siguientes características:
Poseen contratos plurianuales garantizándoles uno de los mejores salarios de la liga o al menos en su puesto. Su contrato puede contener restricciones relativas a un traspaso.
El equipo se construye en torno a ellos, de tal forma que los fichajes complementen al jugador líder.
Son la referencia para los medios de comunicación, los jugadores más consultados y los más expuestos.
Entre los escasos jugadores de elevado perfil en a haber jugado para varias franquicias, se puede citar a Shaquille O'Neal y a Kareem Abdul-Jabbar. En 2010, la salida los Cleveland Cavaliers de LeBron James, uno de los mejores jugadores de la liga, fue interpretada como una traición por todo Cleveland y considerada indigna por antiguas estrellas de la NBA.[2][3][4]
En la National Football League, el estatus de jugador franquicia se define sobre todo por criterios salariales y permite a una franquicia restringir los derechos de traspaso de ese jugador. En la NBA, este estatus es informal y dado por la prensa, sin valor contractual.